Trabajando como diseñador gráfico mi experiencia con clientes siempre ha dejado un aprendizaje. Cada cliente tiene un punto de vista distinto, estilos, gustos subjetivos y formas de expresarse que al final la principal satisfacción es poder comprender las necesidades de cada uno, logrando plasmarla en alguna pieza a gran escala.
Ahora bien, cuando el cliente es uno mismo el nivel de exigencia incrementa. Particularmente cuando se auto-trabaja resultamos ser nuestro peor cliente. Fueron varios los meses que me tomó llegar a un acuerdo mental de cómo mostraría mi trabajo. Entre concebir el estilo gráfico y tipográfico de cada plantilla hasta la distribución de cada proyecto. Fueron días extensos que hoy llegan a su fin (aunque solo me complace un 10%).
Disfruten esta pequeña muestra que resume de mi trabajo a lo largo de mi carrera como diseñador gráfico.
2 comentarios:
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